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No es solo un baile, es una forma de vida...

Además de ser una buena opción para reducir el estrés y superar la timidez, el baile estimula la circulación sanguínea y mejora la flexibilidad y la resistencia. Sin duda, no hay mejor fuente de salud que el baile. Como afirma Sánchez Luque, «su inclusión debe realizarse en lo que los médicos llamamos 'estilos de vida cardiosaludables' como un integrante que va a contribuir a mejorar la salud física, y sobre todo en determinados grupos, como los ancianos».



... y es que el baile no sólo es una buena forma de combatir la obesidad y quemar calorías. Quienes sufran rigideces articulares encuentran asimismo en él un gran aliado. Como también aquellas personas con problemas de circulación, ya que estimula el flujo sanguíneo y el funcionamiento del sistema respiratorio.

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E​l baile es para todos

Está claro que este ejercicio no entiende de edades. Ni de clases. Tampoco de profesiones. «Tenemos alumnos de todo tipo, desde un albañil hasta un banquero», precisa Irene Viñals, directora de la escuela de danza La Sala. Pero si hay una receta común es la constancia. No en vano, el ejercicio físico aislado no consigue generar efectos visibles para la salud. Según los especialistas, bastan 30 minutos, tres veces por semana. La elección dependerá de los gustos y del estado de salud.

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El tiempo

Todo es cuestión de organizarse. «En aquellos casos en los que se pretenda ejercitar y/o fortalecer la musculatura de los miembros superiores puede buscarse realizar determinados tipos de baile donde se utilicen más dichos miembros, aunque en general el baile conlleva movimientos de múltiples y grandes grupos musculares», apunta el doctor Sánchez.

Todo son ventajas: el baile contribuye a ejercitar la coordinación y agilidad de movimientos, así como el equilibrio. Además, favorece la tonificación de la piel y aumenta el drenaje de líquidos y toxinas. De hecho, más de uno ha cambiado ya el gimnasio por la pista de baile. «La gente a la que no le gusta la gimnasia encuentra en nosotros una fórmula ideal para mantenerse en forma de manera divertida», puntualiza Rocío Villalba, responsable de la escuela Malaka Dance.

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Más que amigos

Para la mayoría, la clase se convierte así en un nuevo punto de encuentro para hacer amigos. O algo más que amigos. «De aquí han salido hasta bodas» Es cierto eso de que el roce hace el cariño. De ahí que la danza resulte un método ideal para vencer la timidez y otros problemas de socialización. «Se realiza en un contexto de relaciones sociales y ello ayuda a combatir uno de los grandes problemas de la actualidad, como es la soledad».



La tercera edad sabe mucho de ello. Cada vez más mayores se deciden a hacer sus pinitos o a recordar viejos tiempos al ritmo de pasodoble, fox-trot o bolero. Los jóvenes prefieren el funky o el baile moderno. Y los más pequeños disfrutan con el ballet y la danza contemporánea. «Las clases infantiles se plantean más como un instrumento pedagógico: desarrollan la memoria, el oído musical y la expresión corporal. Para ellos, bailar es una forma amena de mejorar su equilibrio, la interrelación y el sentido del ritmo».

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F​uror por lo latino

Entre los adultos, los reyes de la pista son los ritmos latinos, precisamente los que están introduciendo el 'gusanillo' del baile en más de un escéptico. «Se animan, se apuntan al curso y luego quedan para salir juntos e incluso practicar las coreografías fuera de clase», comenta la directora de La Sala. Los beneficios saltan a la vista: mejora la autoestima, la confianza en uno mismo y la claridad de pensamiento. No sólo eso, además relaja, libera adrenalina y ataca los grandes males de los últimos tiempos: el estrés, la ansiedad y la depresión.
El doctor Sánchez Luque no lo duda: «El baile y, en general, la práctica de ejercicio físico debería se más recomendada por los médicos». Aunque, como en todo, mejor no abusar. Y, si existe alguna enfermedad, consultar con el especialista. Al fin y al cabo, el baile es una forma más de ejercicio físico y, como tal, «requiere una supervisión que incluya la realización de pruebas diagnósticas complementarias y que huya de la práctica de ejercicios vigorosos que superen los niveles aconsejables», asegura el coordinador andaluz del grupo de ejercicio físico de la Sociedad Andaluza de Medicina de Familia.

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Beneficios Psíquicos

Socialización: La danza es un buen método para superar la soledad y la timidez y establecer nuevas relaciones.

Relajación: Permite desinhibirse y liberar tensiones.
Autoestima: Al son de la música se reduce el estrés, la ansiedad y la depresión, ya que ayuda a expresar las emociones y canalizar la adrenalina. Bailar levanta el ánimo y eleva la autoestima.
Confianza: Fomenta la confianza en uno mismo y la claridad de pensamiento.
Danzaterapia: contra problemas de espalda y osteoporosis
Un paso adelante, otro atrás. Giro. Cruce. Quebradas. Ochos... Es la elegancia hecha baile. Pero también un buen ejercicio para cuerpo y mente. El tango es una de las actividades más beneficiosas para la rehabilitación cardiovascular. Y no hace falta ser ni Fred Astaire ni Ginger Rogers. Con sólo tres días a la semana, cualquiera puede dejarse llevar por los efectos del baile. Sin distinciones. Pasodoble, salsa, rock and roll, cha-cha-chá, sevillanas. La modalidad es indiferente. Las ventajas, infinitas.
«El baile moviliza grandes grupos musculares, algo que resulta muy positivo para diferentes enfermedades, entre ellas destacan las patologías osteoarticulares, mejorando aspectos como la flexibilidad, fuerza y resistencia», advierte el doctor Juan José Sánchez Luque, coordinador andaluz del grupo de ejercicio físico de la Sociedad Andaluza de Medicina de Familia.

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Beneficios Físicos

Cardiovascular: Bailar facilita la circulación de la sangre y el tono de la piel. El sistema respiratorio y vascular también se benefician de esta actividad.
Grasa: Favorece el drenaje de líquidos y toxinas, así como la eliminación de las grasas.
Aspecto: Muchas de las posturas negativas derivadas de la vida sedentaria se corrigen con la danza. La cabeza y el cuerpo erguido y el paso armonioso mejoran la presencia física.
Obesidad: Combate el sobrepeso, la obesidad y los niveles elevados de colesterol.
Músculos: Fortalece los grupos musculares y mejora la flexibilidad, la fuerza y la resistencia.
Coordinación: Con el baile se ejercita la agilidad y la coordinación de movimientos, así como el equilibrio.
Madurez: En edades maduras es recomendable para paliar los dolores articulares y la osteoporosis y prevenir el envejecimiento.
Niños: Corrige trastornos congénitos y malas posturas. Como método pedagógico, les permite desarrollar el oído musical, el sentido del ritmo, la memoria y la expresión corporal.

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